
1939-45, on n’était pas des figurants
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Acerca de esta escucha
Qui sait qu’Adolf Hitler s’est déjà intéressé au Québec ? En tout cas, assez pour tenter d’acheter l’île d’Anticosti en 1937, deux ans avant la Deuxième Guerre mondiale ! Du trésor du gouvernement britannique caché secrètement ici aux restes de tables pour fabriquer des bombes, l’implication du Canada dans ce conflit est fascinante et va bien au-delà des actions héroïques militaires.
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