
La Prueba Semana 8
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SERIE “LA PRUEBA” Semana 8
LEER: Santiago 4:1-12
El orgullo es algo que nos molesta ver en los demás, pero que no reconocemos en nosotros mismos. Ya sea presumir poco o mucho, nos hace depender de nosotros mismos —o de otras cosas— para ser felices, en lugar de depender de Dios.
Santiago 4:6 dice:“Dios resiste a los orgullosos, pero da gracia a los humildes”. Este versículo conduce a dos puntos principales:
1. La Guerra del Orgullo
A menudo culpamos a otros por nuestro enojo o nuestros problemas: a nuestro cónyuge jefe, pasado o estrés. Pero Santiago nos dice que el verdadero problema está en nosotros. Hay una batalla espiritual en nuestros corazones: deseamos tanto las cosas, que nos enojamos, nos amargamos o nos ponemos celosos cuando no las conseguimos.
Esto se llama idolatría—Confiar en algo o alguien que no sea Dios para ser felices. Puede ser el éxito, el dinero, el respeto o las relaciones. Como el humo de un incendio, nuestra ira es señal de que algo más profundo (un ídolo) arde en nuestro corazón.
2. La prueba de la humildad
Dios da gracia a los humildes. La humildad no significa no pedir, sino confiar en que Dios nos dará lo que es verdaderamente bueno. Cuando dejamos atrás nuestros ídolos y dependemos de Él, nuestros deseos y oraciones empiezan a alinearse con su voluntad.
Santiago nos da varios signos de humildad:
● Someterse a Dios–Confía en sus planes antes que en los nuestros.
● Acércate a Dios– Él cambiará nuestros deseos.
● Resiste al diablo– Manténte alejado de la tentación.
● Limpia tu corazón– Confiesa el pecado honestamente.
● Estar quebrantado por el pecado– Odia lo que Dios odia.
● No hables mal de los demás– Sé amable y lento para juzgar.
Cuando nos humillamos, Dios nos bendice. Él no bendice el orgullo ni la idolatría, sino la humildad.
Preguntas para discutir:
1. ¿De qué dependes para ser feliz en lugar de Dios?
2. ¿Cómo puedes deshacerte de ello y confiar sólo en Dios?