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Hickok fue el prototipo del hombre intrépido, que estuvo con la ley o fuera de ella, ya que, en su tiempo, no había buenos o malos, sino supervivientes. Él no lo fue, porque se descuidó y lo asesinó un cobarde. No sucedió cara a cara, y en medio de la calle, sino en…

En la polémica sobre el posible matrimonio de los sacerdotes católicos, nadie tiene en cuenta a quienes, en empatía silenciosa, sufren las consecuencias del cerril celibato eclesiástico. Éstos son los hijos de la Iglesia, más bien de algunos de sus representantes; los que no han podido mantener una ejemplar y divina castidad impuesta, por la sencilla razón de que son humanos. En los últimos años, muchos son los que se cuestionan el ejercicio del sacerdocio, como renuncia a ser padres por partida doble. Inmersos en una doctrina que predica el amor, ellos están impedidos de ...

El hombre que encabezaba la caravana desmontada; casi amarrado al guía, temeroso de perderlo; arrastraba a la hija menor de las tres que acarreaba, de apenas doce años, que lloraba y pataleaba, con vanos esfuerzos por desasirse de la férrea mano que la atenazaba, demostrando, con fiero enojo, su discrepancia con el destino anunciado. Las otras dos; de las cuáles ninguna frisaba los veinticinco, pero ambas aparentaban unos cuarenta; marchaban medio metro atrás, resoplando en silencio, tropezando a ratos, rezando por alcanzar el final de la senda. A cada una le colgaba de una mano: una ...

Caminos Cruzados intenta ser una modesta versión de la realidad, presentando dos casos típicos: un asesino serial al más puro estilo norteamericano, tal como Henry Lee Lucas o el Hijo de Sam, y uno más propio del trópico, como Juana Barraza, la “mata-viejitas” de México. Dos grupos de detectives investigan cada cual un caso, y, sin premeditarlo, cruzan sus caminos, interviniendo unos en el caso de los otros. También se cruzan en lo personal, algo muy común y cotidiano. Como en cualquier novela de “misterio”, si es que ésta tiene alguno, el lector debe ir sacando ...

Lo peor que puede ocurrirle a uno es haber comprado pasaje para “el viaje de no retorno”, sin haber probado la carne, no siendo vegetariano ni monje trapense. Esta historia trata de tal martirio, sin desarrollarse en el tercer mundo, porque allí... Bueno, allí la prueban a menudo, aunque no se la comen. Si no me creen, consulten las estadísticas sobre natalidad. ¿O de qué estamos hablando? El alcalde quiere ayudar al "doncel", para que no muera en tal estado. Eso supone un oprobio para el pueblo, en donde nunca se ha sabido de alguien que llegue virgen a la edad del alguacil. La ...

En Cuba, la isla hermosa del ardiente sol, bajo su cielo azul.... ...la ilusión de la mayoría es dejar el cielo azul, y encontrar uno con nubarrones, pero en el que puedan, al menos, vegetar. Sin trompetas ni tambores, La Habana despertaba con la brisa del Caribe. Y, con el alba, aparecían las palmeras borrachas de sol (Agustín Lara), la arena dorada que añoran en Miami, las olas que llevan a Torrevieja el mensaje de amor, y las mujeres con poca ropa con las que sueñan en México, ésas que dicen: “cosa más grande, caballero”, y le llenan de orgullo a un eunuco. El sol matutino ...

Ésta es la historia de un joven de ciudad que piensa hacer fortuna en la selva amazónica. Si la fortuna no es dinero, es muy posible que lo logre. La fortuna espiritual, por ejemplo, suele encontrarse en donde uno menos lo piensa. La soledad, en el caso del protagonista, se ajusta exactamente a las dos acepciones que nos da La Academia de la Lengua Española: Soledad. (Del latín: solitas, solitatis) 1. f. Carencia voluntaria o involuntaria de compañía. 2. f. Lugar desierto, o tierra no habitada.

Siempre se ha dicho que el tiempo todo lo borra. Hay cosas que no logra borrar, pero que se van desvaneciendo lentamente: "LO QUE EL VIENTO SE LLEVO". Otras no se desvanecen, aunque se tornan flácidas, lo que es aún peor. Entre las que se esfuman, las que se volatilizan, las que se evaporan, las que se desvanecen y las que únicamente fueron quimeras, el tiempo deja todo hecho un verdadero asco. Conclusión: el tiempo es el quinto jinete del apocalipsis, y los humanos un reguero de sus defecaciones. No lo dijo Zaratrusta, pero lo pensó.

El tan típico platillo vasco, bacalao al pil-pil, se cocina muy lentamente. El éxito deriva de la paciencia del cocinero. Debe tomarse su tiempo, para que salga a su punto. Así mismo ocurre con la venganza. Para que sea satisfactoria, no puede ser apresurada. La calma es la clave de una buena revancha. Por eso, en este caso, el homicida se tomó su tiempo, y cocinó su desquite pausadamente, al pil-pil. Los personajes de la trama son ficticios, si bien ha habido quien ha servido de inspiración para su creación. El insólito asunto amoroso; que se desarrolla en la novela; no es producto...

El asesino perfecto es aquél que actúa sin un móvil (aparente) para eliminar a su víctima; que no tiene relación con ella; que no mata por causa de un incidente; ni medió una disputa y un arranque de ira; tampoco es un asesino serial; ni un matón a sueldo, que tiene un modus operandi. Esta perfección origina que los asesinos circunstanciales sean difíciles de atrapar, ya que eligen a sus víctimas por la oportunidad, no la persona en sí. Y resulta mucho más perfecto, cuando el circunstancial es eventual, de una única ocasión. Pensemos en un accidente automovilístico de los que...

Las autoridades no quieren juzgar a unos policías que cometieron un homicidio no imprudencial, ya que dispararon sobre gente desarmada, estando borrachos y fuera de servicio. Es posible que al lector le suene esta historia como algo que sucede, cada cierto tiempo, en algunos lugares. El desenlace de la novela no corresponde a la realidad, ya que en la vida cotidiana, como es habitual, a los policías no les hicieron nada. Pero no cuentan con que el padre del asesinado no se quedará quieto esperando la justicia divina. Él hará justicia, o verá, por los medios que sean, que se haga. Sus ...

Un buen día, en San Pedro, asesinan a alguien apellidado López. Al de unos días, matan a un hombre del mismo apellido. Y así, hasta tres. La policía no se entera de nada, porque no hay mucha relación entre unos y otros, a no ser la coincidencia de apellido. Gustavo Bárcena, teniente de policía, Departamento de Homicidios, recurre a su amigo Ricardo, para que les eche una mano. Alega que no tiene tiempo, ni gente, para ocuparse de estos casos. Están muy ocupados con el día a día, que, los fines de semana, parecen mes a mes, por el número de homicidios. Dos familias ofrecen ...

Ricardo se dedica a resolver un caso de secuestro, en el que parece estar involucrado un jefe de policía. Se lo encarga un hombre importante de Villegas, pero debe ir a Ciudad Valdés, donde desapareció su hijo. El secuestrador es un jefe del hampa, conectado con el policía, por lo que Arrate debe andar con cuidado, ya que no se trata de aficionados del crimen. De pronto, de una manera muy extraña, quien lo contrata le informa que ya ha aparecido el secuestrado; más bien que no fue rapto. Como el caso resulta muy extraño, la policía le pide a Arrate que investigue extraoficialmente. ...

El asesino anuncia, por mail, a varios periódicos, que matará a una persona, cada día, durante 24. Comenzará el primero de marzo, y terminará el 24. Y lo hará a distinta hora, aunque consecutivas, cada día. El primero; a la una de la madrugada del día uno, y terminará el 24, a las doce de la noche. No explica la razón.

Ésta es una historia irreal enmarcada en un ambiente real, un estado de México: San Luis Potosí. Si alguien se ve retratado en la novela, le ruego que salga de ella, porque es producto de mi imaginación, y nadie tiene derecho a meterse sin mi permiso. El tema retrata la historia de dos familias, y unos agregados o entenados, que viven aislados en ranchos de una zona desértica, con sus propios problemas, sin necesidad que unos extraños vengan a agregar inquina a la que tienen de por sí. Pero suele suceder así, y a los perros flacos se les acumulan las pulgas. Suceden importantes ...

Arrate incursiona en un mundo que ignoraba que existía. Él, amante de retos absurdos, ignoraba que algunos fuesen aún más lejos, y jugasen con su vida. Pero descubre que los hay, y se arriesgan en retos absurdos, peligrosos, y sin otra remuneración que el aplauso de otros como ellos.

A Ricardo Arrate le llega una señora, con una terrible sospecha: le preocupa que su esposo sea un asesino. El orate toma el caso, porque le parece interesante. Va encontrando que, en torno al hombre, hay muerte. Como el caballo de Atila: donde pisaba, no crecía la hierba.

Hay una serie de asesinatos en el club de golf Alabama, de San Pedro. Por ello, contratan a Ricardo, para que dé con el perpetrador.

Ésta es la forma novelada, aumentada y con algunas añadiduras, de unos sucesos reales que sucedieron en México a mediados del siglo XX. Uno de ellos, el mejor documentado, aparece al final de la novela. Ése sucedió en la Ciudad de México, pero hubo otros en Michoacán y en Puebla. En Puebla, casi toda la población señala, sin dudas, el pequeño restaurante del suceso. Yo mismo conozco bien su ubicación, y paso a menudo por allí. Se cuentan otros, en algunas otras poblaciones de la república mexicana. Y no es privativo de México, pues también es famoso un suceso en Argentina. Al...

Una escort (call girl o chica de compañía) es asesinada, después o durante una fiesta privada. La policía acude al lugar en donde la hallan, y, cuando van a seguir la investigación, la suspende la cúpula de la administración. Gustavo le dice a Ricardo que ellos no pueden investigar su muerte; porque, “desde arriba”, les han dicho que cierren el caso. La razón es que hay que atender otros más importantes.