Completamente de acuerdo

En si lleva razón en lo que se dice, pero me molesta un poco que se vea solo desde el campo laboral, lo cual hace que se pierda uno de los grandes problemas que es el miedo colectivo gracias a cosas tan tontas como el cine o la ciencia ficción, las cuales han marcado a este tipo de tecnologías como "desastrosas" poniendo situaciones en ocasiones exageradas, por citar algún ejemplo, SkyNet, y así podría citar ejemplos más actuales pero realmente no quisiera promover esas series, aunque he de admitir que son buenas desde el lado ficticio de las cosas.

Cuando hay un descubrimiento o se comparte el avance tecnológico sobre una IA, por lo general los titulares son de "turbio", "escabroso" entre otros, pero estos titúlales no son los que pone la prensa, sino los propios usuarios en sus redes sociales, compartiendo todos sus puntos de vista, que de leerlos algunos se lo toman a risa o bien, se lo toman con una seriedad como si se fuera a acabar el mundo tras la creación de una potente herramienta y cobrase vida por sí sola, lo cual está bastante lejos de suceder a ojos del público.

Por lo tanto para mí, el efecto citado como "Frankenstein" no se debe de abordar desde un punto empresarial, sino desde un punto como persona moral, informar y mostrar a la gente como funcionan estas tecnologías, la ignorancia es la que suele cegar y hacer que las personas rechacen algo, y por naturaleza el ser humano tiende q temerle a lo desconocido, para muestra un botón con el tema de los fantasmas y los demonios, los cuales estos últimos también suelen relacionarse con la tecnología, no porque los electrónicos estén poseídos, sino porque mucha gente ignorante todavía señala algunos dispositivos como "del diablo" y suelen tener una actitud negacionista debido a sus creencias religiosas infundadas.

Tanto las IA´s como las CA´s (Consciencias artificiales) son como niños que tienen la atención de su padre y harán todo lo que les digan y lo ejecutaran en base a lo que hayan aprendido, por lo cual, el miedo no debería residir en la tecnología, si no en quien la va a utilizar, y quien criara a aquel programa, que si bien no niego puede llegar a ser un peligro, también podría hacer auténticos milagros en nuestra sociedad.

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