El Mohismo, fundado por Mozi en el período de los Estados Combatientes de la antigua China, ofrece una filosofía práctica y humanitaria que sigue siendo sorprendentemente relevante en la actualidad. Sus principios centrales incluyen el amor universal, la imparcialidad, el utilitarismo, la meritocracia y la moderación, conceptos que buscan maximizar el bienestar colectivo y minimizar el sufrimiento.

El amor universal enseña a tratar a todas las personas con igualdad, eliminando prejuicios y promoviendo la empatía. La imparcialidad rechaza los conflictos agresivos y fomenta la resolución pacífica, mientras que el utilitarismo insta a evaluar las acciones según su impacto real. La meritocracia propone valorar a las personas por sus habilidades y esfuerzos, no por su linaje, y la moderación aboga por una vida sencilla que evite el lujo innecesario y priorice la sostenibilidad.

Aunque el Mohismo perdió influencia tras la dinastía Qin, sus ideales resuenan en movimientos contemporáneos como el altruismo eficaz, las iniciativas de justicia social y los esfuerzos por la sostenibilidad ambiental. En un mundo marcado por la desigualdad, los conflictos y la crisis climática, las enseñanzas de Mozi ofrecen una guía ética para construir un futuro más justo.

Adoptar estos principios no solo beneficia a la sociedad, sino que también nos ayuda a vivir con propósito, empatía y equilibrio. El legado de Mozi nos inspira a enfrentar los desafíos modernos con una perspectiva práctica y compasiva, recordándonos que el bienestar colectivo sigue siendo un ideal digno y alcanzable.